A lo largo de los años, los niños han crecido en diferentes hogares de acogida, sin perder nunca la esperanza de reunirse algún día con su madre. Su inquebrantable determinación y resistencia son un testimonio de la fuerza del espíritu humano. A pesar de enfrentarse a innumerables obstáculos y desafíos, los hermanos nunca se rindieron en su búsqueda de su progenitora desaparecida.