Interpretar a un personaje basado en una persona real conlleva su propio conjunto de responsabilidades y expectativas. El miedo de Anderson puede deberse a la presión de representar con exactitud la conducta, el estilo y el enfoque del periodista durante la entrevista. La naturaleza explosiva de la entrevista y el impacto posterior que tuvo en la imagen pública del Príncipe Andrés también podrían haber contribuido a su aprensión.
